Vínculos

Ministerio de Producción: 51 e/ 9 y 10 tel. (0221) 429-1600 web www.mp.gba.gov.ar

EM-TEC: 50 Nº 417 (La Plata) tel. (0221) 427-4331 webwww.em-tec.com.ar

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El autor de estas líneas

Lavagna ve luces amarillas en el modelo económico argentino: ¿daltonismo o claridad de visión?

Los sistemas económicos se apoyan a menudo en modelos teóricos. El que Roberto Lavagna ayudó a construir, durante los gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, tenía pilares como el superávit fiscal y el consumo. Con el excedente de recursos públicos se podía intervenir en el mercado para mantener el dólar alto y reducir el endeudamiento nacional. El aumento del consumo, a la vez, inducía a los empresarios a incrementar sus inversiones, en algunos casos con recursos propios, y a mantener alto el crecimiento económico. Hoy un proceso inflacionario estaría reduciendo la capacidad de compra de los trabajadores, y por lo tanto los planes de inversiones de las empresas, y el superávit se estaría achicando, provocando una caída del dólar por insuficiencia de compras y un aumento del endeudamiento. Lavagna propone volver al esquema original. ¿Pero realmente cambió el modelo o se está frente a su evolución lógica? Durante una disertación que realizó la semana pasada en la Universidad de La Plata el ex ministro dijo: “Hay que remontarse a 1907 para encontrar cinco años seguidos de crecimiento de la economía argentina, pero hay que preguntarse si el crecimiento es sostenible en el tiempo”. Para el ex ministro, la sustentabilidad está dada por la combinación de superávit fiscal y crecimiento de la demanda interna. El consumo es, para Lavagna, el principal motor de la economía argentina. “Si no hay consumo, no hay rentabilidad, inversiones ni crecimiento”, afirmó. La falta de recursos prestables del sistema financiero, caído en descrédito durante la última gestión de Domingo Cavallo, fue suplida en la primera etapa de la recuperación económica con autofinanciamiento de las empresas frente a las expectativas de expansión de las ventas. “Este pilar puede estar en peligro porque ha reaparecido la inflación, a tasas toda- vía manejables, pero no menores al 15% anual”, pronosticó. Además, las empresas estarían frenando planes de inversiones por la menor expectativa de crecimiento de la demanda, y la creación neta de empleo se habría reducido a la mitad. “Si en el Gobierno no caen en el autoelogio, pueden ver que hay luces amarillas en la economía argentina”, afirmó Lavagna. Las palabras del ex ministro difieren con algunos datos de la evolución reciente. 2006 cerró con un crecimiento de la actividad económica de 8,6% respecto de 2005, y el primer bimestre de 2007 acumuló una suba de 8,2%. La inversión en 2006, a su vez, fue equivalente al 21,5% del PBI y se constituyó como el indicador más alto desde 1980. Además, el último trimestre de 2006, en que -según destacó Lavagna- habría comenzado a verificarse la desaceleración del ritmo de inversiones, se alcanzó el 21,9%, una cifra casi idéntica al 22% logrado en el primer trimestre de 1998. Respecto de ese año, la economía recuperó todo lo perdido durante la crisis 1998-2001 y creció un 17,2% adicional. Respecto de la creación neta de empleo, durante 2006 -según cifras del ministerio de Trabajo- el crecimiento anual promedio de empleo en el total de aglomerados urbanos fue del 7,7%. Estuvo por debajo del 8,9% de crecimiento de 2005 y por encima del 6,8% de 2005 y el 1,4% de 2003. Punta a punta, la suba del empleo fue de 26,8% en relación con 2002 y 15,2% respecto de 2001, cuando aún no se había llegado al piso de la crisis. Con respecto al superávit primario del Estado nacional, en marzo de 2007 registró un crecimiento interanual de 5,8%, y en el primer trimestre cerró con un excedente de 5.086 millones, un 3,6% más alto que el año pasado. La evolución del excedente primario es inferior al crecimiento de la economía porque comenzaron a ejecutarse muchas de las obras públicas anunciadas por el Gobierno y se incrementó el gasto público social por la incorporación de nuevos jubilados por diferentes moratorias previsionales. Frente a este panorama, Lavagna advirtió: “Se están comiendo el superávit”. Y la consecuencia sería una insuficiencia de recursos para reducir la deuda neta y sostener el dólar, que hoy está en los niveles más bajos del año. ¿Es realmente un indicio de que se está cambiando el modelo?

A hacer los deberes

Para desarrollarse, Argentina en general y la provincia de Buenos Aires en particular deben, según Todesca, completar sus estructuras social y productiva. Por ejemplo: modernizando los caminos rurales, ampliando las redes de provisión de agua y mejorando otros servicios.
En el proceso de desarrollo - crecimiento y distribución del ingreso -hay que partir de las condiciones existentes, fortalecer actividades basadas en recursos locales y las cadenas productivas, de forma tal de agregar valor a los recursos básicos a través de diferentes etapas.
El camino de la prosperidad requeriría desarrollar la capacidad de crecimiento no dependiente y de atracción de inversión extranjera. Se deberían promover actividades intensivas en conocimiento y la capacitación de los recursos humanos

Por unos pocos millones

La carga impositiva adicional sobre los impuestos Automotor e Inmobiliario urbano será para aquellos contribuyentes que tengan bienes personales por más de 500 mil pesos. El ministerio de Economía estimó que habría unos 130 mil propietarios que estarían en condiciones de aportar unos 300 millones al fisco provincial.

Reparto desigual

>La participación de los asalariados en el ingreso nacional viene en descenso desde 1950. A partir de ese año se midió cuánto le tocaba a ese sector en el reparto de la riqueza producida en el país. El primer registro se realizó en el Banco Central, pero no existe una serie completa que llegue hasta nuestros días.
Parte de ese vacío de información fue cubierta por estudios privados o académicos, pero las series oficiales no siempre coinciden con las no oficiales.
De lo que ningún estudio deja lugar a dudas, sin embargo, es del movimiento: la porción del sector en el reparto de la torta de ingresos es cada vez menor. Valgan algunos ejemplos citados por el economista de la UBA Javier Lindenboim en su trabajo “Distribución Consumo e Inversión en la Argentina a comienzos del siglo XXI”, publicado por Realidad Económica:
- En 1950, capitalistas y asalariados se repartían casi por mitades la riqueza nacional, y en el tramo que va de 1950 a 1973, la participación asalariada en el ingreso tuvo un promedio del 40%.
- El Rodrigazo, un plan de “ajuste estructural” fechado en 1975, dio lugar a una caída de 5 puntos en la participación del sector asalariado en el ingreso nacional. Durante la dictadura iniciada en 1976 continuó la tendencia, y la participación llegó a un piso de 30%.
- La recuperación de la democracia trajo una leve alza del ingreso hasta 1986, pero sucesivas crisis y “planes de ajuste” mantuvieron la tendencia decreciente en la participación asalariada en la riqueza nacional, que llegó a un piso del 25% en el peor momento de la crisis provocada por la devaluación de 2001 y hoy apenas supera ese piso.

Tres típicos hogares platenses

1) Una vivienda típica de Gonnet

- Es propia (87,8%).
- De excelente calidad (84,6%)
- Con instalación de agua en la cocina (97%)
- Con heladera (98,7%) con freezer (75,1%)
- Con lavarropas (88,7%) automático (81,4%)
- Con computadora (49,7%) o no, conectada a internet (56,6%) o no

2) Una vivienda típica del casco urbano

- Puede ser propia (67,2%) o no (32,8%)
- De excelente calidad (96%)
- Con instalación de agua en la cocina (99,1%)
- Con heladera (98,7%) y, en la mayoría de los casos, freezer (62,5%)
- Con lavarropas (76,3%) automático (76,7%)
- Con computadora (42,6%) o no, conectada a internet (50,2%) o no

3) Una vivienda típica de El Peligro

- Puede ser propia (59,6%) o no (40,4%)
- De calidad no óptima (65,1%)
- Con agua en la cocina (62,4%) o bien sin cocina o sin agua (37,6%)
- Con heladera (88%) y, en muchos casos, freezer (59,6%)
- Con lavarropas (66,2%) común (58,7%) o automático (41,3%)
- Sin computadora (91,5%)

Fuente: Elaboración propia en base a datos procesados del Censo 2001